Hay un historiador que defiende que el abuelo del rey Juan Carlos I es hijo de una misteriosa mujer nacida en les Alqueries.
El historiador lo tiene claro, el abuelo el rey Juan Carlos I, es hijo de una mujer de les Alqueries y no de la reina María Cristina como siempre se ha dicho. A esta cuestión, que siempre dieron por buena la gente más mayor de esta pequeña localidad de la Plana Baixa.
Este historiador decidió hace más de diez años investigar y estudiar la vida de una misteriosa mujer considerada por unos una gran señora y por otros una fulana. Una recopilación de documentos históricos y personales sobre Adela Lucía Eduarda de la Santísima Trinidad Almerich Cardet.
Un vecino de Burriana nos cuenta que siempre se había contado en el pueblo la historia de Adela, pero nunca había ido más allá del saber popular, como lo habían contado siempre los más mayores de Vila-real, Alqueries y Burriana, de una historia que había pasado por varias generaciones a través de la tradición oral, pero no habian documentos escritos. Fue en el año 2000 que el historiador recibió una carta de la hija de un gran amigo, en la que le comunicaba que poseía unas cartas que podían ser de su interés.
Se trataba de tres cartas que una tal Adela Alberich le había escrito al que fuera su último amante, un rico terrateniente burrianense. Fue entonces cuando el historiador decidió averiguar quién era realmente Adela. Para ello, hizo entrevistas a los vecinos más mayores de les Alqueries, y todos estuvieron de acuerdo en afirmar que fue durante años la amante del rey Alfonso XII. Incluso le contaron que hubo un cambio de bebés y que realmente Adelita, la que era considerada como su hija, era la verdadera hija de la reina María Cristina, y el hijo de Adela fue entregado a la corte real para pasar a la posteridad como Alfonso XIII.
La gente mayor de les Alqueries que conocieron a Adela, pero sobre todo a su hija, contaron la historia de que Alfonso XII se quedó prendado de una joven guardabarreras bellísima,que era Adela,cuando el séquito real paró a la altura de la denominada estación del Norte -actualmente la estación de Burriana y Alqueries-. A partir de entonces se convirtió en su amante y Alfonso XII mandó al marido de esta, un rico hombre de Vila-real a la guerra de Cuba, donde murió. Aunque parece que hay cierta leyenda en el modo en el que se conocieron, pues seguramente no fue cuando ella estaba de guardabarreras si no años después cuando frecuentaba círculos influyentes gracias al estatus de su marido. Lo que sí piensan que es cierto es, como demuestra la documentación que el marido de Adela falleció en la guerra de Cuba como un hombre soltero.
Pacto del Pardo
Poco a poco el historiador ha ido atando cabos, y piensa que la clave que demuestra que sí hubo un intercambio de bebés está en el Pacto del Pardo, del que los historiadores de la época no supieron explicar su contenido por el enorme secretismo que lo rodeo. Piensa que sí fue allí fue donde se tomó tal decisión tras morir Alfonso XII, ya que la reina María Cristina tenía dos hijas, las infantas, y se quedó embarazada antes de morir Alfonso XII sin asegurar la descendencia de un varón, así que se dice que Cánovas del Castillo, ante la amenaza de republicanos, liberales y carlistas se reunió con Sagasta para darle el mando y eso fue a cambio de que guardase el secreto. Después Adela fué desterrada a Barcelona por la reina regente donde iva acompañada de un bebe que nadie sabía quien era, y de un pequeño séquito de criadas.
Una prima hermana de Adela, cuenta que Alfonso XII había muerto en los brazos de Adela y si miramos la historia se dice que estando ya muy grave el rey, Cánovas le prohibió a María Cristina y a la reina Isabel II, su madre, entrar en la habitación, cosa inexplicable si no es porque el rey estaba acompañado por quien él más amaba.
Adelita nunca supo de quiera era hija,en su partida de bautismo deja en blanco los apellidos de sus padres y abuelos. La que ejercía de madre (Adela) nunca le quiso decir su secreto, a nadie. Una de sus hijas guarda el diario personal de ella, en el que escribió su angustia por la historia que rodeó su vida. Adela tenía un cerrojo en la boca. Muchas veces se le ponía de rodillas y le suplicaba que le dijese quién era ella, cosa que nunca consiguió saber.
Nunca hubo respuesta a la pregunta de si ella era verdaderamente la tercera infanta de España a la que dio a luz María Cristina. En una cama del Hospital Provincial de Castelló,Adela ordenó a una monja, que la cuidaba, que mandase un telegrama a su hija para que fuera a verla y confesarle su secreto, pero el telegrama llegó a la casa del amante y no de su hija.Cuando se lo dijeron ya era tarde pues Adela había muerto.
Fue una mujer culta, inteligente, rebelde, locuaz y vanidosa.
fué una mujer muy bella y se codeó con lo más alto de la aristocracia, a pesar de sus orígenes humildes. Durante su vida tuvo muchos amantes, todos de un alto estatus, que le regalaron muchas joyas. Fue la amante fiel de Alfonso XII, del que siempre estuvo enamorada. Vivió una vida de lujos, aunque acabó muriendo sola. Aquellos que la conocieron destacan su gran personalidad y señorío ataviada con vestidos de ensueño, que destacaba en un pueblo, les Alqueries, donde las mujeres vestían de negro.Su letra era distinguida, pausada y arrogante como reflejo de una gran educación.
Murió sola y pobre sin nada del lujo que rodeó su vida. Sus restos descansan en una fosa común del cementerio de Castelló.
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