Son dos monstruos diez mil millones de veces más grandes que el Sol y se encuentran a 300 millones de años luz de la Tierra.
Si hasta ahora el mayor agujero conocido tenía una masa equivalente a unos 6.300 millones de veces el Sol (en la galaxia M87). Los dos nuevos, en el centro de dos enormes galaxias elípticas, tienen masas de 9.700 millones de soles, uno de ellos, y algo más el otro.
En los inicios del universo había un montón de quásares o núcleos de galaxias activas y algunas teorías apuntan a que tenían agujeros negros tan grandes como los que ahora se han hallado pues, eran galaxias muy masivas.
Esos dos objetos indican que los procesos que influyen en el crecimiento de las mayores galaxias y sus agujeros negros son distintos de los que actúan en el caso de galaxias más pequeñas.
Pero, hay gente que se pregunta:
¿dónde se encuentran hoy?.
Estos dos nuevos súper agujeros negros son similares en masa a los quásares jóvenes, y pueden ser el eslabón perdido entre los quásares y los agujeros negros supermasivo que se ven hoy en día. Los agujeros negros son densas concentraciones de materia que producen fuertes campos gravitatorios a los que ni siquiera la luz puede escapar.
Mientras que las explosiones de estrellas pueden dejar atrás un agujero negro de masa semejante a la de dicha estrella, un agujero negro supermasivo ha crecido de la fusión con otros agujeros negros o mediante la captura de un gran número de estrellas y enormes cantidades de gas.
Los agujeros negros menos masivos se alimentan atrayendo el gas de la galaxia en la que residen, pero en el caso de los mayores, como los dos ahora descubiertos, es posible que el proceso sea diferente. El agujero negro puede crecer hasta su enorme masa por fusión de dos galaxias que contienen poco gas y acaban formando una galaxia esférica con el monstruo celeste en el centro.
AGUJERO NEGRO EN PLUTÓN
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